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Diccionario español-salia huo. Instituto Caro y Cuervo.
caño
- [{{{fon}}}] s. [[equivalencia::achito [a-ci-to]]] var. d. acheto.
- Como así son los niños, no hizo caso y se bajo y se fue para el caño - Ĩxudujana netu one jĩxadadiana mechiajana achitoda guxana. (Cristina Darapo Pónare)
- en el caño [{{{fon}}}] loc. nom. [[equivalencia::achitona [a-ci-to-na]]]
- Como el caño tenía puente, se acostó encima del puente y se puso a escupir - achitona po'o ĩxana po'ona rexana jatiu suxina suxigina. (Juan de la Cruz Joropa)
- La gente sálibas que vive en la sabana o en tierra alta, anteriormente pescaban muchos peces en época de subienda de toda clase de peces de los caños - Iãxẽ sẽxẽnaĩxadu salia jĩxõjara jĩtu saya ñokwadimaxana gwĩdi pajĩ dapaduuxa acheaada. ()
- en los caños [{{{fon}}}] loc. nom. [[equivalencia::acheana [a-ce-a-na]]]
- En esa época había muchos peces en abundancia en todos los caños, pero hoy en día ya casi no hay el marisco tal como lo había en esa época - jiño ñokwadiãxanara gwĩdixajã jiño pajĩ tie acheana ĩda jẽmaamara jooda baixa ĩxadiã jiño pajĩ. (Tomás Joropa)
- el caño [{{{fon}}}] loc. nom. [[equivalencia::achitoãra [a-ci-to-ã-ɾa]]]
- Ejemplo pendiente.
- donde el caño. [{{{fon}}}] NULO [[equivalencia::achitooxa [a-ci-toː-xa]]]
- Ejemplo pendiente.
- en ese caño [{{{fon}}}] loc. nom. [[equivalencia::achitojora [a-ci-to-ho-ɾa]]]
- Ejemplo pendiente.
- caño pequeño [{{{fon}}}] s. [[equivalencia::oxe [o-xe]]]
- La casa está cerca del caño - oxe kuana xuxua jixu ito. (Isabel Pónare)
- Yo soy el que se la llevo y pegó un salto y se llevó a esa niña - fãñana ẽpexa, ẽpexa, ẽpexa jixu neexadi ẽpenaxa oxe. (Domitila Guacarapare)
- El agua está en el caño - oxena ĩxato jito kaito. (Elvira Darapo)
- en los caños [{{{fon}}}] loc. nom. [[equivalencia::oxeyuena [o-xe-ɟu-e-na]]]
- Ejemplo pendiente.
- para el caño [{{{fon}}}] loc. nom. [[equivalencia::oxeda [o-xe-da]]]
- Ayer subí para el caño - ãxe oxeda rĩdema. (Hilaria Darapo)
Observaciones culturales: En la época de la pubertad, las muchachas tenían que guardar dietas, les rezaban el chinchorro y tenían que permanecer acostadas por el tiempo que ordenara el médico tradicional. Ellas tenían que obedecer y cuando terminaba ese tiempo las llevaban al caño para hacerles ciertos conjuros en nombre de los animales que les podían causar daño. Las personas que representaban las toninas, payaras y otros animales del agua, las amparaban a través de los rezos del sabedor. Antiguamente los padres obligaban a sus hijos a que les contaran a sus nietas sobre el momento de la pubertad, pero hoy día no lo hacen porque les da pena, por esa razón a las niñas les dan muchas enfermedades. Los padres de familia de ahora no creen en los rituales de la pubertad y no los realizan con sus hijas. Los ancianos si creían, por eso se criaron sanos y fuertes.